¿Quo vadis Agrimensura?

Quo vadis es una expresión latina que nos interroga sobre: ¿A dónde vamos? Esta frase se hizo famosa por una vieja película de los años cincuenta y hace referencia a un encuentro entre San Pedro y Jesús en la Vía Apia.

¿Esta pregunta, aplica a la agrimensura y en particular a la agrimensura argentina? Sí definitivamente, es una pregunta estratégica que debemos responder para nuestra profesión y su futuro.

Para obtener una orientación sobre el tema, es importante mencionar donde estamos, y la respuesta es: «La mayoría de los agrimensores trabajan en mensuras; urbanas o rurales, y un segundo grupo -menor al primero- se dedica a Topografía». Estos trabajos son francamente productivos y nos provee de una renta que nos permite vivir dignamente en forma independiente. Muchas otras profesiones envidian esta situación de privilegio.

Pero el tema es: ¿Se acaba el foco de nuestra profesión en la mensura y la topografía? ¿A futuro seguirá siendo estas actividades fuente de prosperidad? ¿Nuestros clientes seguirán requiriendo nuestro trabajo, tendrán las mismas necesidades? Son preguntas que nos debemos hacer y responder.

No dudo que seguiremos dando solución a los requerimientos tradicionales mencionados, pero estamos desperdiciando y delegando otros trabajos propios de nuestra profesión a otros profesionales. Me refiero especificamente a la gestión del territorio y el manejo de la informacion necesaria para su gestión.

No solo la seguridad jurídica de los bienes inmuebles, la determinación de sus límites son la preocupación de nuestra sociedad. Hoy cada vez más y a futuro, se necesita de la gestión del territorio. Escaso para una población creciente y con consecuentes dramas en términos de pobreza, marginación e informalidad. La conservación del ambiente, la previsión, ubicación y ejecución de adecuadas infraestructuras y su planeamiento, son los principales problemas de la vida humana y su habitat de hoy y mañana.

Es muy importante que reaccionemos y demos respuesta a estos nuevos desafíos. Nuestros conocimientos profesionales nos habilitan para manejar los problemas de gestión territorial, pero debemos prepararnos mejor. Gestión, administración de proyectos, relaciones humanas son temas que debemos incorporar a nuestras competencias, y profundizar más en tópicos como los nuevos sistemas de información del territorio, teledetección y posicionamiento, cartografia digital y temática. Cambiar la orientación de los catastros a catastros multipropósito y sobre todo, estar dispuestos a generar un cambio actitudinal necesario para ir cambiando de foco.
También, en el ámbito universitario debemos modificar nuestra curricula en vista de este panorama, como dice Stig Ennemark, ex-presidente de la FIG, debemos enseñar para el mañana.

¿Quo vadis Agrimensura?, todos debemos colaborar para una acertada respuesta.

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