Todos los días suceden cosas que a cada uno de nosotros o a un grupo nos modifican o cambian la vida, pero, hay algunos días que un suceso nos cambia la vida a todos.
El 11 de septiembre del 2001 fue uno de ellos, cambió el mundo. La aparición del Coronavirus parece ser otro. La ciudad de Wuhan, China nos enfrentó a una situación nueva a partir del reconocimiento de un agrupamiento de casos de neumonía grave de causa desconocida que fue comunicado el 31 diciembre 2019. Ayer, 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al Coronavirus (CoV-19) como pandemia.
Sin hacer una valoración entre las dos fechas, sin poner en juego cuál es la mas importante; son muy distintas como así sus consecuencias, seguramente el 11 de marzo del 2020 lo recordaremos como un día que cambio la vida de todos nosotros.
Ansiosos, perturbados, tratando de observar cuales son los cambios que nos afectan y nos afectaran, tratando de predecir nuestro futuro, haciendo supuestos sobre qué pasará, buscamos información relevante. En ese sentido, leo una nota denominada: “La cabeza fría, al servicio del corazón caliente”, de Juan Carlos de Pablo, prestigioso economista, en una columna del diario La Nación que realiza la siguiente cita de otro gran economista inglés Alfred Marshall:
“… poner la cabeza fría al servicio del corazón caliente. Sin la guía del corazón caliente, la acción se desorienta; sin el aporte de la cabeza fría, desbarranca.”
Nunca más oportuna para guiar nuestro proceder en estos días. Cabe aclarar que De Pablo aplica la cita a la situación económica de nuestro país y la menciona como guía para nuestros dirigentes en el área económica. Pero observo que la frase de Marshall pueda orientar en esta nueva contingencia y en nuestra vida.
Corazón y cabeza, fe y razón, pensamiento mágico versus pensamiento crítico, siempre están en disputa pugnando y tratando de ocupar nuestro ser. Es una vieja pelea que habita en la especie humana. Son los dos caballos, uno negro y el otro blanco de la alegoría de la carroza.
Me cabe la esperanza que estas frases en borrador y reiterar la cita de Marshall sumen y nos ayuden a reflexionar.
El blog del profe José 