Recuerdos de la Patagonia: Neuquén

«La memoria es un monstruo.

Uno olvida, ella no.

Simplemente archiva las cosas, las guarda, las esconde y las trae al recuerdo con

voluntad propia. 

Se piensa que uno tiene memoria…

No es cierto… 

La memoria lo tiene a uno».

John Irving

Recuerdos de la Patagonia;  mi paso por Catastro de Neuquén; imágenes mezclados con cálidos sentimientos.

 ¡Patagonia … !

— Una tierra de vastos horizontes.

—Tierra que desde el Norte, está en el remoto sur de la otra Argentina, una tierra de altas latitudes negativas, ignorada y olvidada siempre.

—La que para visitarla desde la Capital, para llegar, debes pensaren en días.

—La de una inmensidad inusitada, donde puedes ver y sentir la grandeza de la naturaleza, aquella que no crees que existe y es imposible de imaginar. 

—Donde el frío corta como cuchillos, y el viento te susurra recordándote historias. Una principal: te hace saber de su presencia eterna.

—Donde protegerse del viento y del frío del invierno es una necesidad.

—Donde valoras la ropa de abrigo, tener protección, y cuando necesitas un poco de calor, buscas un fuego prendido y das gracias. 

—La Patagonia dónde una “chata” resulta indispensable. Debe ser confiable y que no te deje a la vera del camino.

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¡Patagonia … !

—La de inolvidables amigos, aquellos de penurias y sacrificios, los únicos que  comprenden compartir un espíritu similar de sentires.

—Donde la oportunidad de progresar vale y no vale distraerse; el crudo invierno se presenta inevitable.

—Donde llegas a valorar la soledad, y ella te abraza en silencio con fuerza . Y en otros momentos, necesitas hablar y emerge la necesidad de compañía para saberte vivo.

 —Donde vale vencer desafíos y un buen trabajo te permita avanzar y, si es posible, en el mundo del petróleo o la minería por detrás.

—Un lugar al que a menudo se piensa dejar, pero, siempre es imposible hacerlo.   

—Ese lugar, a donde fuiste a probar fortuna, pero compartes con tus provincianos las añoranzas  de las personas y la tierra que te vio crecer. Aquella, hoy lejana donde naciste, que provoca la repetida respuesta  cuando te preguntan de dónde sos: “Soy de ….., pero hace mucho que no voy»

Te quiero, a veces te extraño, querida Patagonia: ¡La Patagonia de la querida Neuquén…!

—Cuna de amistades profundas, de compañeros de aventuras, cuyos lazos los siento indestructibles.

Los extraño queridos amigos y los quisiera volver a ver:

—Querido Juan Amusategui, te valoro y agradezco por tu permanente cobijo,  tu cálido refugio, tu búsqueda por progresar sin pausas, proclive a mejorar siempre tu trabajo con la tecnología, tu amistad e inteligentes consejos.

—Te admiro petiso Javier Rodríguez de la Reta, un sabio, con tu inglés perfecto, con tus citas  de Shakeaspeare, tu infinito conocimiento y experiencia, siempre insuficiente de valorar.

—Mis amigos Roberto Paiva y Betty —su esposa— siempre están en mis recuerdos con sus cálidas hijas y sincera amistad. Roberto, representante de la mejor formación legal bahiense, mi profesor en cuestiones de mensuras y regístrales, ferviente seguidor del inolvidable Chezñevar.

—A Daniel Querejeta y el chango Campión, que aceptaron mis propuestas, me animaron y apoyaron mis proyectos con  la mira clara de mejorar la institución catastral.

—Al flaco Fernández —rey indiscutido del Auto CAD—, y al fallecido y tan querido,  ejemplo de sencillez, humildad y bondad: Juan Albornoz.

—A Hugo Gatica discípulo que superaste a todos, inclusive al maestro. Fuiste experto en Valuaciones, Director de Catastro de Neuquén, presidente del Consejo Federal del Catastro y otros etcéteras más. A Luis Reynoso y su probada solidez en informática.

—A mis amigas Mónica Peña y Sigrid Prospitti, a Judith, José Arleo, Margarita y a los colegas, técnicos y profesionales del Catastro.

—Amigables, abiertos: Daniel Amuchastegui con sus permanentes chistes y simpatía, Daniel Luengo con sus quejas eternas, a veces justificadas.

— Y tantos otros amigos, amigas y colegas. 

Amigos, Patagonia, Neuquén, son más que palabras lo que ha dejado una huella indeleble entre mis mejores recuerdos.

Gracias.

1 comentario en “Recuerdos de la Patagonia: Neuquén”

  1. Respecto de este artículo me envío este comentario Javier Rodríguez de la Reta:

    Escribía Borges de aquel punto que contenía todos los puntos. Tal concentración nos llevaría , ora a un estadío previo al Big Bang, ora a un sumidero del infinito si la marcha de los acontecimientos fluyera hacia ese punto. Yo creo que hay correspondientemente a los sumideros, manantiales dónde el infinito se expresa y desparrama. Creo también, que esa es la naturaleza análoga de la Patagonia, buscada por muchos como punto de destino, que una vez atravesado, nos muestra una infinitud que nos azora boquiabiertos, pero que a poco de ser transitada, como vos lo hiciste, José, se te van pegando hechos y personas sobre ese enorme espacio carta, que interactuaron con vos, dejando marcas posiciones y señales reconocibles e indelebles a las que la evocación rinde su merecido culto como afirmación de la vida, aún de aquellos que nos dejaron. Este espacio intenso en acciones, con todos sus elementos en un tiempo, nos llena de añoranzas, inalcanzables por sus hechos irrepetibles, pero asequibles en el acervo mental de quien conmovedoramente los atesora y expresa para reafirmar su existencia. Gracias José, por tu evocación de nuestro quimey Neuquén y su gente. Y como decía Guillermo: «Estamos hechos de aquella materia de la cual los sueños están hechos, y nuestra pequeña vida esta circundada por un dormir»

    gracias Javier

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