Las Mesetas del Krapayán
Hace muchos años, en su juventud, Juan Kravitz trabajaba de disc jockey en la boite “Le Moir”, en la ciudad de Buenos Aires. La idea que lo guiaba era ganar unos mangos para estudiar Derecho. Quizás, una elección poco afortunada que pronto abandonó. Propio de su juventud, con un inexplicable sentido del destino, eligió trabajar en el campo, en Topografía.
Un día, en campos de la Provincia de Catamarca, con su grupo, se vieron obligados a pasar la noche cerca del lugar del trabajo. Pararon en un rancho donde conocieron a Sir Alexander Gibs, el “sabio”, un vagabundo que había recabado en las Mesetas del Krapayán. Mencionaba que en el lugar habría conocido al galiotardo.
Alexander agasajo esa noche a Juan y su grupo, los invito con una bebida extraña, y mencionaba insistentemente que les daría el secreto de la sabiduría. Luego de otros entremeses, y varias y diversas excusas y para no hacer más desprecio, decidieron probar el ácido trimegístico, y cayeron en un profundo sueño, fruto del cansancio y la abundante comida.
Noche de pesadillas fue aquella, Juan soñó con extraños animales, uno de ellos el galiotardo.
Nunca supieron si encontraron el secreto de la sabiduría, aunque pasaron muchos años después de aquella noche. Aunque sí, siguieron soñando con el galiotardo., y una inacabable búsqueda de las Mesetas de Krapayán.