Pareciera ser que muchas veces nosotros -los argentinos- solemos infringir la ley y hasta podemos observar que lo hacemos con cierta naturalidad. Más … habitualmente buscamos la vuelta para no cumplirla, sobre todo, si no está alineada con nuestros intereses individuales.
¿Será que la falla fundamental es considerar la Ley como la ley de un gobierno?,
¿Considerar la ley como de un grupo en el poder en forma temporal y luego, con seguridad, el próximo la vá a cambiar?.
-Y sí-, los gobiernos y su pasaje por el poder la acomodan a su parecer. Es la respuesta a los interrogantes planteados.
-No debería ser así – en oposición directa, la Ley es el acuerdo entre todos para poder convivir. No hay mandatos divinos ni providenciales, no hay verdades absolutas, solo nos queda el acuerdo.
Seamos concientes y busquemos cumplir los pactos de convivencia, más allá de los gobiernos y las preferencias e intereses personales temporales.
Sí lo lograramos, habremos madurado y podríamos pensar un país distinto.