«Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.»
José Ortega y Gasset
1. de cómo lo conocí.
Corría el primer semestre del año 1971, luego de haber cursado hasta el 5º año de la carrera de Ingeniería Electricista Electrónica, influido por el ex compañero de la escuela Normal ENSAGA y colega agrimensor Raúl Moré, decidí pasarme a Agrimensura. Como me dieron por aprobadas todas las materias básicas de la ingeniería, mi debut en la carrera fue Topografía I. Allí tuve unos compañeros que recuerdo con mucho afecto: el Negro Peña, Lalo Torres, el canario Tiemesman, el Negro Kutzner, el turco Mattar, el loco Chiccar, el Nino Videla, Raúl Moré, el Gringo Boretto, Nicolás Tacconi, Miguel Diaz Saravia, Marcelo Fernández, Ilse Lehm, Rafael Moyano, Susana Bustamante, Julio Candia, Oscar Saavedra y muchos otros ¡Qué época!.
Teníamos un excelente profesor de los teóricos de Topografía I, el Ing. Victor Lauría, y dos ayudantes alumnos “de super lujo”: El flaco (o cura) Luis Canosa y el hermanito Cellanes. Sin embargo algunos de los jefes de trabajos prácticos, no estaban a la misma altura, tenían muy mal trato con los alumnos, no eran lo que se dicen buenos docentes.
Volvíamos una tarde de campaña, luego de haber medido y cerrado una poligonal con cinta, cuando en el pasillo donde se entregaba el instrumental, el profesor del práctico nos pide la libreta (marca Norte, espiral, cuadriculada); y al mirar el valor del error medio cuadrático del resultado, nos arranca la hoja y nos dice:
– Señores Uds. son unos mafiosos, pues han “macheteado” los resultados !!! (antes se decía macheteado en lugar de truchado).
Casualmente allí estaba parado un Señor, muy distinguido, muy bien vestido, de traje corbata y chaleco gris, con barba candado muy bien cuidada, conversando con el Sr. Carranza. Sin decir nada se agacha a buscar la hoja de la libreta, la alisa muy pacientemente, se coloca los anteojos de ver cerca, lo lee muy detenidamente y se la entrega nuevamente al profesor de topografía y le dice:
– Estimado profesor, le ruego tenga a bien de dar por válido este trabajo práctico, acompañado de una disculpa a los alumnos y se retiró.
Consultado a Carranza quién era éste importante Señor, que había confiado en nosotros sin conocernos, que se puso en el lugar de los alumnos y firmemente había impuesto la justicia, que levantó del piso y desarrugó nuestro vapuleado orgullo, dijo:
– Es el profesor Tito Livio Racagni, Director del Departamento de Agrimensura.
2. de cuando trabajé con él.
Otra materia que tuve que cursar apenas comencé la carrera fue Dibujo Topográfico, con otro “procer” de la agrimensura nacional, Gustavo Severiano Bartaburu. Un día en clase, nos cuenta que él es propietario con el Ing Geógrafo Victor Hans Jürgen Haar “otro grande”, de una empresa de Agrimensura llamada CONSAGRA, donde el Agrimensor Racagni era asesor de la misma, y dijo además que necesitaban incorporar a 3 alumnos aventajados de la carrera y agregó:
– presentensé el Lunes con el Ing. Cesar Badaró …
Le mentí feamente al Ing. Badaró diciendo, que yo era el estudiante aventajado que enviaba Bartaburu. Así entré a CONSAGRA, el mismo día que los dos negros: Kutzner y Marcelo Fernandez (Marcelo: de rigurosa y reluciente zapatillas pampero blancas). Aprendí mucho de estos dos, y del “chango” Miguel Campión (quienes eran realmente eran aventajados). Y del Gordo Grosso (recién recibido).
De más está decir, que en los 3 años que trabajé en esta empresa – desde 1971 a 1974 – fueron fecundos para mi futuro crecimiento profesional, pues el ámbito laboral de CONSAGRA, era de un elevado nivel técnico y excelencia profesional y los “maestros”, siempre fueron muy generosos, a la hora de brindarme sus conocimientos y sus experiencias a manos llenas.
A poco de haber ingresado, tuve la inmensa suerte de ser derivado con el profesor Racagni, para desarrollar el cálculo y la compensación de la triangulación de la provincia de Neuquén y la georreferenciación del catastro rural, parte expresado en el antiguo sistema geodésico de referencia, denominado Chos Malal; y parte en Campo Inchauspe ’56.
3. de cómo conocerlo cambió mi vida
A la mañana trabajaba en la oficina de CONSAGRA, y a la tarde me iba hasta su oficina (que estaba en su casa de la calle Bolivar) y le presentaba el trabajo que había hecho durante la jornada. Nunca lo escuché decirme:
– Está mal.
Aunque la metida de pata haya sido brutal, siempre me inducía a revisar y corregir el trabajo con increíble paciencia. Siempre recuerdo la primera vez que fui a su casa, almorzamos con su familia puchero español y luego bajamos a tomar el café al estudio, recuerdo que tenía una biblioteca inmensa y me dijo:
– Todos esos libros son suyos, espero que algún día los lea, sacó del estante un libro que me regaló y que aún lo conservo, se llama “ Cien Años de Agrimensura Argentina” de Pedro Vergés.
Muchas fueron las reuniones con Tito Livio que se sucedían todas las tardes, en casi todas las oportunidades me regalaba algo: un libro, un apunte o una enseñanza. Me explicó paso por paso y minuciosamente, porque en la fórmula del error medio cuadrático, el divisor era (n-1) y no n. Me explicó su método sencillo para resolver la intersección inversa, y entre otras cosas no menos importante, me introdujo en el conocimiento y manejo de los modelos matemáticos para resolver problemas y además, en las ecuaciones de condición.
Aprendí Geodesia mucho antes de cursarla, por su boca conocí a Parachú, a Baglietto y Angel Cerrato y me enseñó a “rascarle el pupo al elipsoide” – según sus propias palabras; pero además conocí a los pensadores griegos, a Descartes, Spinoza y a Ortega y Gasset (su preferido), mientras yo le hablaba de Nietzche … y lo más importante, entre charla y charla, me contagió su profundo amor a esa musa llamada Agrimensura.
Sin dudar, lo que más impactó en mi vida, fueron las largas y apasionadas discusiones que tuvimos sobre filosofía, religión y política; y como, con admirable paciencia y obstinado empeño, fue cambiando mi modo de ver la vida y mi ideología tan solidamente fundada hasta entonces:
– lea esto y volvemos a discutir la semana que viene – me decía.
Y así seguía insistiendo, machacando, golpeando con el cincel por más de 3 años, hasta modelar la persona que yo sería de allí en adelante.
4. de mi agradecimiento
Tito Livio una vez me dijo:
– Vea Ingeniero, todas las exageraciones son pecados; sin embargo, exagerar en los agradecimientos no es pecado – es obligación.
Me decía “ingeniero” irónicamente, porque nunca estuvimos de acuerdo con en el título que debía tener el egresado de nuestra escuela.
In memoriam a él, hago publico mi más exagerado agradecimiento. Por eso al recordar al querido maestro, no quiero hacerlo enumerando los méritos que tuvo en la Escuela de Agrimensura de Córdoba, la cual piloteó con destreza durante años – aún en las peores circunstancias – tampoco su influencia en la geodesia argentina, o su impacto en la Agrimensura Nacional; porque este homenaje ya lo hizo en vida el amigo y colega José María Ciampagna; yo lo quise hacer subjetivamente, expresando lo que significó para mí y dando testimonio de mi más profundo agradecimiento.
«Cuántos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor, sino para brillar con ella»
F. Nietzche
Armando Del Bianco
me gusta este blog y me interesa la parte legal de la agrimensura. Estoy haciendo un interesante trabajo en los cerros de catamarca.
eduardo nanni
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quisiera hacer una pregunta a otro maestro como Ud, colega
En catastro de mi provincia, nuestra asesora legal sostiene que en una cadena de titulos, el mas importante es el ultimo,justamente el que descubri despues de haber recurrido al archivo historico y descubierto que transformaron, un derecho de estancia en derecho real, y omitido en la ultima escritura, con la que se pretende inscribir dicho titulo y una mensura basada en el. Estoy equivocado al no estar de acuerdo con eso?…Gracias Jose si me contesta…y sino lo mismo le cuento que lo leo y admiro por lo que hace y por seguir al maestro Tito.
Agrim Eduardo Nanni, San Miguel de Tucuman
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Soy el Turco Mattar Me han hecho llorar………..
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Estimado Armando:
Bienvenido al blog y por muchos post más que con seguridad apreciaran los lectores y muchas gracias por compartir este hermoso recuerdo de nuestro querido maestro Tito Livio Racagni. Un abrazo
José
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