Hace unos años Yola Georgiadou, una consultora internacional en geomática de alto vuelo de visita en Argentina, me comentaba hablando de política, que en la antigua Grecia había dos tipos de personas: los ciudadanos y los idiotas. Ayer, leyendo el libro: «Propiedad y Libertad» de Richard Pipes, encontré el mismo tema que amplia, aclara y corrobora lo de Yola, y que ahora quiero compartir con Ustedes .
Dice el libro:
«…. La Grecia antigua ocupa un lugar excepcional en la historia de las instituciones, al menos en dos aspectos. Fue la primera democracia en el mundo -ciertamente, el concepto mismo de «política» se origino allí, el termino procede de la palabra griega que se usa para ciudad, polis: significaba «aquello que nos concierne a todos» o «aquello que es público», en contraste con «privado», «personal» y de interés personal»-. (Uno de los significados originales de la palabra «idiota», en griego, era una persona privada, alguien que no participaba en la vida pública.)
Bien, ahora me pregunto: ¿No somos «idiotas» ?, cuando dejamos lo que nos concierne a todos y sin control en manos de unos pocos.
Quizás en la búsqueda de inexistentes salvadores de la patria, una gran cuota de comodidad, falta de responsabilidad, hemos sido inocentes en no ejercer nuestro poder de ciudadanos.
No cometamos los mismos errores a futuro: Participemos.
Aunque alguien me podrá decir que repito lo de San Pablo: «Haz lo que yo digo, pero no lo que Yo hago». Es cierto.