Ayer sábado, 19 de abril del 2014, encontré en la Voz del Interior en la columna «Ambiente y Economía» el artículo «Una nueva narrativa humana» de Marcela Mondino de la fundación Avina.
El escrito resume y nos habla de los sucesos del séptimo Foro Urbano Mundial realizado en Medellín, Colombia. No puedo dejar de compartirlo en función de la importancia que atribuyo a estos temas para nuestro desarrollo futuro.
Rescato y valoro uno de los datos principales que no contaba en mi haber:
…El 82 por ciento de los 450 millones de habitantes vive en ciudades y se estima que en el 2050 llegará al 90 por ciento….
Claro está que refiere a América Latina, la región más urbanizada del planeta.
¡ Gracias Marcela Mondino por las reflexiones de su artículo!
Disculpe pero no puedo dejar de reproducirlo.
Una nueva narrativa humana
Medellín, Colombia, el séptimo Foro Urbano Mundial instaló en la agenda global la necesidad urgente de transformar los modelos de desarrollo excluyentes e inequitativos que evidencian las ciudades, en paradigmas económicos, sociales, ambientales y culturales que promuevan mejoras equitativas en la calidad de vida de sus ciudadanos, en el marco de un desarrollo sostenible.
Las brechas urbanas –como se denominó a las diferencias de acceso a oportunidades, en asuntos como servicios públicos, seguridad, uso y goce del espacio público, gestión de territorios, vivienda y diversidad cultural– concentraron las reflexiones en los principales paneles y estuvieron presentes en las experiencias de innovaciones cívicas, gubernamentales y de gestión privadas provenientes desde los cinco continentes, lo que dio contenido al eje central del séptimo Foro Urbano Mundial, Equidad Urbana en el Desarrollo-Ciudades para la Vida.
Esta agenda urbana mundial fue acompañada transversalmente y con relevante protagonismo, también, por la urgente necesidad de actuar ante el insoslayable avance del cambio climático.
Quedó claro que las ciudades no pueden eludir este debate y sus responsabilidades cuando concentran el 53 por ciento de la población mundial, consumen el 70 por ciento de la energía generada y se les atribuye el 80 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, por citar algunas cifras.
Y a la pregunta de qué sucede en Latinoamérica en torno de la desigualdad, el informe de ONU-Hábitat “Construcción de ciudades más equitativas, políticas públicas para la inclusión en América Latina” responde que a pesar de los índices pocos favorables a nivel global en torno a la desigualdad, se puede señalar que “América la tina y sus ciudades llevan 10 años en los que la curva de desigualdad se ha reducido y ha tenido un cambio positivo”.
A la vez, advierte que “para reducir las desigualdades se requiere de instituciones fuertes, programas sociales efectivos y de una buena articulación entre los órdenes de gobiernos”.
Estos datos indican que hay una tendencia positiva, pero aún no suficiente para que Latinoamérica –la región más urbanizada del planeta, el 82 por ciento de los 450 millones de habitantes vive en ciudades y se estima que en el 2050 llegará al 90 por ciento– deje de encabezar la lista como la región más inequitativa del mundo.
En síntesis, el desafío está instalado. Corresponde a los gobiernos locales, desde la gestión, abordar o profundizar las políticas públicas que disminuyan las brechas urbanas empoderando los mecanismos de participación ciudadana.
Estos ineludiblemente necesitan de ciudadanos activos y propositivos y de empresarios y organizaciones comprometidas con una transformación integral basada en la valorización de lo público.
Hay que tener en cuenta que a mayor cantidad de bienes públicos, habrá mayor equidad, y que la transición debe orientarse hacia una nueva economía que promueva la sustentabilidad de la naturaleza y que contribuya al progreso social.
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, en la conferencia de cierre del primer día del Foro, expresó sus temores y sus esperanzas en torno de la desigualdad. Dos de sus ideas fueron contundentes en torno de lo antes dicho: “La desigualdad conduce a una inestabilidad política y un debilitamiento económico” y “uno de los aspectos más importantes de la desigualdad es la desigualdad de oportunidades”.
Entonces, debemos ser parte de una nueva narrativa humana.
*Fundación Avina.
Link original: «Una nueva narrativa humana de Marcela Mondino»