El 8 de marzo de 1857, las costureras de Nueva York organizaron una manifestación pacífica para reclamar una jornada laboral de 12 horas, en lugar de las 15 o 18 que debían cumplir. La fecha fue fijada años posteriores como el día para llevar los reclamos a la máxima expresión, y en 1905 iniciaron una huelga que duró tres semanas y convocó a 20.000 obreras para protestar por el despido de algunas operarias de la fábrica textil norteamericana Iriangle. Exactamente tres años más tarde, el 8 de marzo de 1908, 129 obreras de la fábrica Cotton de Nueva York murieron quemadas por un incendio en el establecimiento, durante una reedición de la jornada de reclamos por derechos y reivindicaciones. Recién en 1975, en el curso de una conferencia mundial sobre la mujer, convocada por Naciones Unidas, se reconoció al 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
(Fuente: diario La Voz del Interior, lunes 7 de marzo del 2016, sección: «Un día como el de mañana»)
