Es común que tenga actitudes favorables o en contra sobre hechos, costumbres, o situaciones sin analizar profundamente las causas que las provocan. Una de estas actitudes es un natural fastidio por las reglamentaciones. Mas aún de aquellas que no les encuentro sentido, provocan perdida de tiempo y esconden detrás factores de poder.
Ante la posibilidad de ser estas actitudes equivocadas, trato en lo posible –habitualmente por un disparador– de analizarlas, buscar información y tratar de entender si son razonables. En esa búsqueda, es común encontrar un mundo de opiniones y conceptos que uno no posee. En este caso encuentro cuestiones sobre legalidad, ilegalidad, alegalidad y legitimidad; derecho natural (aquí me queda el deber de profundizar el tema en consideración de los tiempos posmodernos) y derecho positivo; obediencia y desobediencia; uso de la norma como factor de poder. En definitiva un mundo para estudiar y profundizar.
El cuento que sigue es el resultado de las lecturas realizadas en ese sentido. Al menos para mí, me permitió ampliar mi visión en el camino de su construcción. Espero que les suceda algo similar en su lectura.
Comparto con Uds. el cuento citado.
Cada día me gusta más y más el anarquismo. Es un carma.
Carlos
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