Homenaje a Ricardo Benedetto

Entre mis historias, la obra de la presa y central en caverna de Río Grande (Cerro Pelado) en Calamuchita, Córdoba, ha sido inolvidable. Tiene que ver con la fuerza y juventud de  aquellos días. Así también — imagino— les pasa a muchos de los que trabajamos en esa obra. Pero seguramente los recuerdos tienen que ver más con los amigos y la gente maravillosa que supimos conocer en esa época. 

Les cuento: Topografía, era un sector relativamente pequeño en comparación con otros sectores de la empresa Panedile. Allí nos conocíamos todos. Teníamos nuestro propio equipo de fútbol  y muchas veces nos juntábamos alrededor de una parrilla. Si quisiéramos calificar a ese grupo humano lo podemos describir como una familia, con sus pro y sus contras. Una familia que pasábamos muchas horas de trabajo juntos. 

Si hablamos técnicamente; los replanteos eran nuestro principal trabajo y en obras de ese tipo eran todo un desafío. Cerro Pelado era una obra distinta, especial, complicada, con presas, una central en caverna  y obra subterránea donde unos de otros, todos aprendíamos.  

Fue así que muchos profesionales y topógrafos pasaron por el sector Topografía durante el extenso tiempo de realización de la monumental Obra. Uno de ellos, fue el petiso Ricardo Benedetto que en estos días ha dejado este mundo y dejó grabado su impronta. Me pregunto: ¿Cuantas marcas y señalamiento habrás hecho estimado Ricardo, cuantos cálculos, cuantas alineaciones y cotas habrás dado?. Seguramente incontables, Infinitas.

De Benedetto recuerdo siempre su melena larga, su barba, su porte, su permanente sonrisa y principalmente su don de gente. Fue un topógrafo de aquellos: responsable, confiable, exquisito en la precisión de sus mediciones, prolijo, todo un profesional en lo que hacía. 

Estimado Ricardo, como todos, cada uno de nosotros buscó su destino, recorrió su camino;  la profesión nos dispersó buscando nuevas oportunidades y formas de vida. Supe que te radicaste en la ciudad de Río Cuarto por Norberto Ferniot —el gringo, nuestro común jefe— también pude observar tu actividad en Facebook, donde fuimos amigos virtuales e intercambiamos “likes”,  y conocí de tu amor por tu esposa y familia en las fotos que exhibías. Admirable.

También recuerdo vívidamente cuando me contaste de la vuelta del Gral. Perón a la Argentina y los momentos que viviste en Ezeiza intensamente y reconozco tu fervor al respecto. Fervor manifestado siempre  con respeto y sinceridad del lado de la gente y las causas populares.

¡ Chapeau Ricardo …. ! Mi abrazo final estimado amigo, respetado “TOPÓGRAFO”, con mayúsculas, que descanses en paz.

Acompaño esta nota con unas fotografías tomadas de tu muro de FaceBook,  modificadas por mi vocación de fotógrafo a manera de recuerdo.

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