La IA revoluciona la profesión del agrimensor

Por José María Ciampagna con colaboración de Chatbots

INTRODUCCIÓN

La Agrimensura —una profesión tan antigua como la humanidad— está experimentando una transformación radical gracias a la Inteligencia Artificial (IA). Luego, en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, nuestra profesión no puede quedarse atrás.

Nuestras tareas son claves en la gestión territorial y la planificación urbana, y están viviendo hace tiempo una revolución tecnológica con la integración de varias tecnologías, entre ellas: los Sistemas de Posicionamiento Satelital (GPS, GNSS), las estaciones totales, los drones, las imágenes de satélites, sistemas LiDAR (Light Detection And Ranging), los sistemas de información geográfica y territorial (SIG y SIT), el dibujo asistido por computadoras (CAD, BIM), y otras a las que se suma la IA.

Donde el ordenamiento territorial y catastral son fundamentales para el desarrollo urbano y rural —una necesidad imperiosa para solucionar los problemas de la sociedad actual— la IA emergió como una herramienta imprescindible para mejorar la eficiencia, la precisión y el control y en diversas tareas de delimitación de terrenos. Las tareas cotidianas como mensuras, loteos, uniones y divisiones, verificaciones del estado parcelario y amojonamientos han comenzado a beneficiarse de herramientas inteligentes que prometen no solo acelerar los procesos, sino también mejorar la calidad del servicio ofrecido a los clientes.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática que busca desarrollar sistemas capaces de simular y ejecutar tareas que requieren inteligencia humana. En términos simples, es una tecnología que combina software de computadora con datos que ayudan a habilitar la resolución de problemas. Utiliza la velocidad y la eficiencia del ambiente y la tecnología digital para completar una gran cantidad de tareas. A una aplicación de IA se le debe enseñar qué hacer, qué buscar, cómo responder, y ella emplea múltiples recursos para lograr el objetivo deseado.

En estos momentos, la IA ha evolucionado notablemente y hoy nos encontramos con modelos generativos como ChatGPT y otros grandes modelos de lenguaje (LLMs) catalizando avances transformadores en diversos dominios. El procesamiento del lenguaje natural (NLP) permite que asistentes virtuales como ChatGPT, Siri y Alexa respondan a comandos hablados o escritos, haciendo que las interacciones sean más intuitivas. Estas aplicaciones ahora son parte de la vida diaria, pero la inteligencia artificial es mucho más que eso.

La inteligencia artificial (IA) y sus usos han sido un tema candente en los medios de comunicación durante algún tiempo. Los puntos de estos artículos van desde considerarlo algo sublime (las increíbles capacidades que otorga a quienes la utilizan, en particular en el campo médico, donde se ha demostrado que ayuda a identificar enfermedades en imágenes y radiografías que de otro modo, el ojo humano no podría haber detectado) hasta lo ridículo (informes de un futuro distópico, un nuevo Apocalipsis, con robots esclavizando a la raza humana).

Por supuesto, existen preocupaciones sobre el desarrollo de la IA. Hay informes de universidades y escuelas que están preocupadas por el uso de la tecnología por parte de los estudiantes para generar sus tareas, ensayos y tesis. También, hay historias de miedo sobre el uso de la IA en la red por parte de bandas criminales. No se debe trivializar esta opción porque es una real preocupación. Sin embargo, como con cualquier nueva herramienta poderosa, es necesario establecer controles, reglas y regulaciones para garantizar que se use de manera efectiva.

LA IA EN AGRIMENSURA

La capacidad de la IA para modelar terrenos y prever problemáticas en loteos y subdivisiones es uno de sus atractivos. Permite generar múltiples opciones de partición y unión de terrenos, optimizando la utilización del suelo y cumpliendo con las normativas vigentes.

Los sistemas actuales pueden integrar datos de drones, sensores y satélites para generar mapas tridimensionales interactivos. Desde la delimitación de terrenos hasta la elaboración de cartografía en gemelos digitales, y la IA está optimizando cada etapa del proceso.

Una de las grandes ventajas de su uso en la agrimensura es su capacidad para procesar y analizar imágenes de manera automática. Gracias a técnicas como el aprendizaje profundo (deep learning), los sistemas de IA pueden identificar objetos y patrones en imágenes aéreas y satelitales con una precisión cada vez mayor. Esto agiliza la generación de modelos digitales del terreno y facilita la toma de decisiones en proyectos de infraestructura.

Además, la IA está transformando la forma en que los agrimensores interactúan con sus clientes. Al automatizar tareas repetitivas y liberar a los profesionales de tareas administrativas. Permite a los profesionales dedicar más tiempo a tareas de mayor valor agregado, como el asesoramiento a los clientes y la resolución de problemas complejos, ofrecer servicios de mayor calidad y a un costo más competitivo. Sin embargo, es fundamental que nuestros colegas se adapten a esta nueva realidad y aprovechen las oportunidades que ofrece la tecnología.

Según un informe reciente de la Unión Internacional de Agrimensores, el uso de la IA en la profesión puede aumentar la productividad hasta en un 40 %. Este dato no es menor. Otros analistas también sugieren que hasta el 90 % de la carga de trabajo actual de un agrimensor podría lograrse con herramientas de IA.

“La IA no tiene futuro en nuestra profesión”, suelen decir los agoreros de siempre para perpetuar sus posiciones y prebendas. La voz correcta es: “La IA es un aliado que potencia nuestras capacidades, pero nunca sustituye el criterio profesional ni la sensibilidad que requiere el trabajo con territorios y comunidades.” Está claro que la IA en su forma actual tiene algunas limitaciones. La más obvia es la falta de intuición y creatividad humana, pero ello no supone que sea utilizada como un excelente colaborador.

Pero, no seamos ilusos, la IA ya está presente en nuestra profesión. Prueba de ello, son algunos ejemplos reales de aplicación de estos días en ámbitos vinculados a la Agrimensura:

1. Las valuaciones masivas: emplean técnicas de automatización y herramientas para el reconocimiento de entidades, y cómo estas se combinan con técnicas de aprendizaje automático —machine learning— para estimar valores de propiedades de manera masiva.

2. Detección automatizada de objetos en imágenes satelitales; emplean algoritmos de IA para la detección y análisis de objetos en la superficie terrestre con fines orientados al Planeamiento, el Catastro y el Ordenamiento Territorial.

3. Uno de los ejemplos más obvios de IA disponible actualmente son los drones. Esto ha sido revolucionario de muchas maneras y permite escanear áreas masivas a velocidades increíbles. La integración de IA y drones ha transformado las prácticas tradicionales de topografía, proporcionando métodos de recopilación de datos más rápidos, eficientes y seguros.

4. IA en el Catastro: los modelos de clasificación permiten la identificación y categorización de diferentes tipos de parcelas.

Es crucial que los agrimensores y agentes públicos de Catastro adopten una postura activa frente a esta transformación. Aprender a manejar estas herramientas no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad para mantenerse relevantes en un mercado cada vez más digitalizado y globalizado. Es importante y significativo que los profesionales de la Agrimensura se capaciten en el uso de estas nuevas herramientas para aprovechar al máximo sus beneficios. Las universidades también tienen un rol fundamental al incorporar el aprendizaje de IA en sus currículos, asegurando que las nuevas generaciones estén preparadas para liderar estos cambios.

La combinación de la experiencia del agrimensor con las capacidades de la IA promete un futuro donde la Agrimensura siga siendo una profesión de impacto social, adaptada a las exigencias del siglo XXI.