Los Pasos del Gigante

Este hermoso cuento, aleccionador, por primera vez lo leyeron nuestros inolvidables facilitadores y maestros Ricardo y Otto en el curso CEFE/FOCO PYMES realizado hace muchos años. Lamentablemente, no conozco su autor para mencionarlo y darle el reconocimiento merecido por tan bello escrito..

Siempre vigente, me permito copiarlo para mis amigos, alumnos y seguidores.

 

Los pasos del Gigante
Los pasos del Gigante

 

Los Pasos del Gigante

Había una vez, en una tierra muy lejana, un enorme gigante. Tenía más de 3 metros de alto, con una enorme y tosca cabellera, se arropaba con un abrigo de pieles de animales salvajes y llevaba en su mano una poderosa hacha.

Cada año, el mismo día, a la misma hora, el gigante bajaba de las montañas donde vivía y se paraba frente a las paredes del castillo para aterrorizar a sus habitantes.

“Vengan y envíenme al más bravo de sus hombres, yo pelearé con él” gritaba, haciendo retumbar las paredes y ondeando su hacha amenazadoramente. “Mándenme alguien para pelear o echaré abajo los muros del castillo y mataré a todos con mi hacha” !!!.

Y cada año, la puerta del castillo se abría lenta y temerosamente, para que un pobre hombre, aunque valiente, saliera y enfrentara una muerte segura.

“¿Eso es lo mejor que tienen?… decía el gigante a la vez que se reía burlonamente.

El pobre hombre al oír el estruendo de su voz siempre quedaba petrificado y nunca habían podido siquiera levantar su espada, cuando el gigante los decapitaba de un solo tajo.

Pero un día, un joven príncipe llegó a la ciudad amurallada y preguntó a uno de los habitantes: “¿Porqué todos lucen tristes y atemorizados?”.

“Se ve que nunca has visto al gigante”, le dijo aquel hombre.

“¿Qué gigante?” preguntó el joven príncipe intrigado.

El hombre le contó toda la historia… “cada año, este mismo día, el gigante viene y reta a nuestro hombre más bravo a un duelo. Y cada año lo asesina en el mismo lugar, no logran levantar ni su espada, es como si el gigante los hipnotizara”.

Cuando el gigante llegó ese día por la tarde, el príncipe estaba esperándolo.

“Venga con su hombre más bravo y valiente y pelearé con él” gritó el gigante.

“Estoy aquí” dijo el príncipe, abriendo las puertas del castillo y avanzando hacia el gigante.

Por un momento, ambos se pararon frente a frente. A pesar de estar aún a buena distancia era evidente la diferencia de estatura entre ellos. Pero, haciendo uso de coraje, el príncipe empezó a caminar hacia él, agitando su espada y nunca quitando su mirada de los ojos del gigante.

Repentinamente, se dio cuenta que a medida que se le acercaba, lejos de verlo más grande, gradualmente se empequeñecía ante sus ojos. Se paró por un momento ante él, y el gigante medía solamente 1.80 metros.

Se acercó mucho más y el gigante medía 1.50 metros. Continuó hasta tenerlo cara a cara y entonces éste medía únicamente  1 metro.

El joven príncipe tomó su espada y la enterró en el corazón de gigante.

Mientras el gigante agonizaba en el suelo, el príncipe le dijo: “antes de morir contéstame: ¿quién eres tú?… con su último aliento el gigante respondió: “mi nombre es MIEDO”.

 

 

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