El otro día, mi familia me pidió que hiciera una salsa liviana. Es que las comidas de navidad y año nuevo no son propicias para las altas temperaturas de verano de nuestras latitudes.
Bien, no sé si obtuve la liviandad solicitada en términos absolutos, pero sí en términos relativos.
A continuación la receta. Les dejo a Uds. discutir si la salsa en cuestión es liviana o pesada.
La receta
—Pelar una cebolla y picar. Pelar cinco dientes de ajo; si no son nuevos sacar la rabia . Filetear fino.
—Pelar 8 tomates peritas a cuchillo, sacarle las semillas y las partes blancas y/o verdes del centro. Cortar en cuadraditos pequeños no mayores al centímetro. Lleva trabajo, pero vale la pena. Es el secreto de la salsa. Reservar.
—Lavar y cortar abundante cantidad de albahaca y salvia fresca.
—En una sartén grande poner un chorro de aceite de oliva. Saltear la cebolla y los ajos hasta transparentar y dorar . Poner sal a gusto. Apagar el fuego.
—Poner en una olla grande agua a hervir. Se puede poner antes si estás apurado. Poner sal. Hervir la pasta al dente. Mi preferencia son los fideos secos como ser los spaghetti, fusile, o tagliatteli.
—Prender el fuego de nuevo de la sartén con los ajos y cebolla cocinados cuando estén listos y a punto los fideos. Agregar dos o tres nueces de manteca. Esperar que derrita la manteca. Colocar los fideos escurridos, agregar el tomate fresco, la albahaca y la salvia. Agregar un chorro abundante de aceite de oliva. Mezclar bien. No cocinar más. El tomate debe quedar fresco.
Agregar pimienta negra a gusto.
Servir con queso rayado de calidad y a disfrutar.
Un buen vino, como siempre, acompaña muy bien. Puede ser un tinto, o en este caso un Sauvignon Blanc lo puede reemplazar con ventaja. Me gusta mucho el blanco de esta cepa proveniente de Mendoza.