André Comte-Sponville es un filósofo de origen francés que en algún momento observé, referenciado por un libro maravilloso de Luc Ferry denominado «Aprender a vivir», filosofía para mentes jóvenes. En estos días, leyendo artículos publicados por amigos de Facebook, vuelvo a encontrarme con sus pensamientos en una entrevista realizada al filósofo por la revista de editorial Perfil en formato digital. Observo que la diferencia que hace entre economía de mercado y sociedad de mercado pone las cosas en su lugar; en una diagonal entre dos catetos conflictivos.
Me permito compartir con Uds. parte del texto que nos ilustra sobre el tema a continuación:
El periodista pregunta:
—Usted acepta la economía de mercado pero no la sociedad de mercado. Sin embargo, ¿hasta qué punto lo uno no implica lo otro?
Compte-Sponville responde:
—Una sociedad de mercado sería una sociedad donde todo se puede vender, y esto es inaceptable. Por definición, el mercado sólo vale por su mercancía, o sea, por lo que se vende y se compra. Si se piensa que todo se puede vender, que todo se puede comprar, se es ultraliberal. Excepto si el mercado, para funcionar correctamente, necesita tener un derecho económico, que no sea en sí mismo una mercancía. Ahí es donde el ultra-liberalismo llega a su límite. Si, por el contrario, piensa como yo, que no todo se puede vender, que hay cosas que no se compran (la vida, la salud, la dignidad, la libertad, la justicia), no se pueden entregar al mercado porque no son mercancía. Por ejemplo, un niño enfermo al que podríamos sanar: no podríamos aceptar que muera porque sus padres no tienen los medios para pagar el médico o los medicamentos. Confiemos, entonces, al mercado todo lo que puede venderse y, muy importante, al Estado todo lo que no puede venderse; esto es, por supuesto, esencial. Que haya un mercado de medicamentos no es problemático: se tiene mejores medicamentos en una economía de mercado que en una economía estatizada; sobre este punto la historia ha sido terminante. Pero con la condición de que el Estado haga lo necesario para que los más pobres puedan sanarse también. Es necesario inventar algo entre el medicamento (que es una mercancía) y la salud (que no lo es) para evitar la sumisión, de lo contrario inevitable, de la salud al mercado. En Francia llamamos a esto seguridad social. Es pesada, compleja, necesita reformas, pero para salvarla, ya que es uno de los progresos sociales más fantásticos de toda la historia de la humanidad.
Les recomiendo leer todo el artículo mencionado. Tiene definiciones que podemos compartir o no, pero seguramente nos permitirán encontrar puntos de vista muy interesantes que valen la pena leer. Lo pueden encontrar en:
Reportaje a Compte-Sponville: «El socialiberalismo en reemplazo de la socialdemocracia como tercera vía» realizado por Jorge Fontevecchia, editorial Perfil
La Bibliografía citada es:
- «Aprender a vivir», Filosofía para mentes jóvenes, Editorial Taurus, 2007, Buenos Aires.
- «Impromtus», Entre la pasión y la reflexión, André Comte-Sponville, Editorial Paidos, 1996, Buenos Aires, Madrid.
- «El alma del Ateísmo», Introducción a una espiritualidad sin dios, André Comte-Sponville, Editorial Paidos, 2009, Buenos Aires, Madrid.
Para que el mercado libre fluya de manera natural es fundamental limitar las tareas del estado, no podemos pretender que exista un mercado libre primero si permitimos que el estado domine y favorezca a ciertos grupos, Segundo si no existe una clara definición de los derechos de propiedad.
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Interesante artículo… te invito a que te pases por mi blog, soy un economista que habla de economía y actualidad.
Y si me sigues te lo agradezco, yo te he seguido!
Un saludo y enhorabuena por tu blog!
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