La lectura de un texto único, con carácter de totalidad, en relación con la Agrimensura, parece ser lo más idóneo para facilitar al profesional una respuesta a su búsqueda de verdad formal, quizás; de una doctrina válida, de fundamentos, hoy enmarcado como un relato creíble entre otros; no olvidemos que son momentos de posverdad.
Es bueno brindar seguridad y solidez, refugiarnos en nuestros conocimientos, lo necesitamos como humanos, pero a largo plazo sepamos que nos va a perjudicar. Estimados colegas: el mundo cambia. Enseñemos a los jóvenes que hay más verdades de las que tenemos y que deben buscar las propias, acordes a sus realidad y a su tiempo. No los cercenemos a un pensamiento único, doctrinario, …, enseñémos a que tengan pensamiento crítico, enseñemos a pensar.
La extrema variedad de la época contemporánea, de diversidad, líquida en palabras de Bauman, y los cambios tecnológicos, culturales, económicos y sociales, de infinita variedad de requerimientos, impide las bondades de una síntesis unitaria.
No esta mal lograr identidad, es más; es positivo, pero saquémonos las anteojeras, salgamos de la cueva de Platón, sumemos otras ideas, agrandemos la torta de nuestros conocimientos y pericias. Cambiemos de actitud y actualicemos valores e incumbencias.
Tenemos la obligación de generar nuevas historias, no solo transmitir lo que hemos recibido. Sumemos al que piensa distinto.
Por último y sin ofender — echar culpas invalidaría esta nota— como dice el dicho: «Al que le quepa el sayo que se lo ponga».