A continuación le comparto una reflexión que supe hacer en estos días. Las circunstancias son difíciles en Córdoba con motivo de la segunda ola de la Pandemia COVID19, 2 de junio del 2021.
Escapemos de la isla
Estamos cercados, inactivos, rodeados de muros. En soledad, aislados, en búsqueda constante para encontrar luz al final del túnel.
Temerosos, recelosos del contacto humano, con la poderosa sospecha de que el otro, el vecino, el pariente, hasta tu amigo, es el enemigo, aquel que te infectará y matará. Que sensación o pensamiento no deseado ¿terrible, no?
Cansados de promesas, soñando con la primera o segunda dosis de una vacuna que no llega. Extraídos forzosamente de nuestra invisible normalidad anterior, la hoy visible, para bien o para mal, la que teníamos. Estamos hoy no aptos para concebir sueños. Enojados. Algunos con los bolsillos vacíos y sin trabajo. Otros con inmensas torres vacías. Con incertidumbre. Caminamos como si tuviéramos zapatos de plomo en los pies. Vivimos maldiciendo en una burbuja; distinta para cada uno, pero burbuja al fin. Una isla. Una vida de pesadilla que no distinguimos de los sueños.
Sin embargo conservamos el fuego en el alma. Un fuego explosivo con ansias de libertad.
Amigos: Estamos vivos y no es poco. A pesar de que hubo otros, amados, inolvidables, que quedaron en el camino. Usemos la emoción para guiar la razón.
Disfrutemos del día. Pidamos calor al sol del otoño y alegrémonos con la visión de los árboles dorados. Sintamos el sabor de una buena comida y el olvidar al tomar un poco más de un buen vino.
Construyamos esperanza con las pequeñas cosas, con el amor de la familia.
Sigamos peleando contra las pandemias, en plural, sí, en plural queridos argentinos. Contra el COVID y el espejo de las miserias humanas.
¡Escapemos de la isla … !
JMC
