Un mensaje es utilizado para transmitir información, es decir, empieza en lo que piensa y dice el emisor y termina en lo que capta y entiende el receptor. Por eso, los mensajes no equivalen a expresar significados, sino que son el medio a descifrar para obtener, a partir de su interpretación, los significados correspondientes.
Por ejemplo, un mensaje puede ser: “Feliz cumpleaños”, pero el significado depende de otros aspectos; en algunos casos es una muestra de afecto, mientras que en otros puede ser utilizada con sarcasmo o de burla. Las variaciones que presentan los elementos de comunicación pueden hacer que la interpretación sea diferente de la información recibida.
Los elementos de la comunicación como ser: el mensaje, el emisor, el código utilizado, el medio, el receptor y/o el contexto, son conceptos que nos ayudan a comprender la complejidad de los procesos comunicativos de significados en las interacciones sociales.
La pregunta que Uds. ahora pueden hacerme es: ¿Porqué esta perorata?, ¿A adónde los quiero llevar?
La respuesta es: «Hay que ser cuidadoso con lo que uno publica», detrás de un mensaje hay un significado que el receptor no puede interpretar coherentemente con el emitido. Es más puede provocar una actitud inversa o contraria a la intención original del emisor.
Veamos las siguientes imágenes a manera de ejemplo. He aquí dos mensajes similares. El sentido en ambas se dirige a elegir políticas de izquierda, si bien no es explícito o directo el significado en ninguno de los dos casos.


Hablando de ellas, observamos que la segunda imagen, de contenido polisémico, podría considerarse innecesaria. Trasluce sentimientos de revancha, cuotas de ignorancia y/o grosería , o prejuicios no superados. No colabora a la construcción de un significado de acuerdo a mi interpretación. En cuanto a la primera notamos que es más inteligente, permite al receptor preguntarse porque un persona tan querida como Mercedes Sosa, con una sonrisa en la boca, se pronuncia a favor de una opción política.
Finalmente, podemos concluir que un significado a transmitir y su correspondiente mensaje deben ser elegidos cuidadosamente para que el receptor lo reciba adecuadamente. Deben ser considerados todos los elementos de la comunicación para que sea efectivo, o a la inversa, si conocemos el tema de los elementos que juegan en toda comunicación y los usamos aviesamente acudiendo al sarcasmo, solo provocan acrecentar las diferencias, en este caso en cuestiones de política.
Por último, podemos decir que establecer quién es el emisor original de un mensaje es difícil determinarlo, porque no siempre resulta fácil saber quién es el sujeto que inicia la comunicación. Sucede que, en muchos casos, el emisor replica información y es utilizado, consciente o inconscientemente, por intereses ajenos a él.