Es otro mundo, me dijo un amigo

Les comparto a continuación un artículo sobre el tema de los cambios generacionales. No puedo dejar de mencionar que para la confección de este escrito he recurrido a Internet en la búsqueda de otras opiniones y la aplicación Chat-GPT para su mejora.

Como siempre espero vuestras comentarios.

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Dos momentos del cambio tecnológico

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Es otro mundo, me dijo un amigo

Por José M. Ciampagna

Recuerdo claramente la frase que pronunció mi amigo en aquella conversación que nos sumergió en reflexiones sobre el devenir del tiempo y las transformaciones generacionales.

«¡Es otro mundo, José, olvídate de lo que era, el mundo que conocimos no existe más!»

exclamó con una expresión entre resignada y sorprendida.

Desde entonces, una mosca que no para de molestarme quedó en mi mente incitándome a indagar las diferencias que separan las épocas y los valores que cada una encarna a fin de eliminar la molestia.

Avancemos, comencemos por identificar las características de las dos generaciones y las diferencias entre ellas.

Características Generacionales

Generación Tradicional

Recuerdo aquellos tiempos donde el compromiso con el porvenir y la búsqueda infatigable de estabilidad eran faros que guiaban el rumbo de las vidas. Sacrificio y disciplina eran monedas corrientes para forjar un futuro prometedor, aunque ello implicara relegar el ocio a un segundo plano. En aquel mundo, las mujeres luchaban contra molinos de viento en el ámbito laboral, buscando su sitio en un terreno marcado por la desigualdad. El trabajo, la producción, eran piedras angulares sobre las que se cimentaban los cimientos de la existencia, aunque la tecnología, aún incipiente, se alzaba como un aliado discreto, lejos de la omnipresencia del smartphone de hoy día. Recuerdo también que la compra de una casa era una meta importante, era vista como una inversión segura y otorgaba, junto a tener un automóvil, un signo de estatus. Las páginas de los libros eran refugios de conocimiento y sabiduría, preferibles a los códigos digitales de la era contemporánea. La salud, el aspecto físico, eran preocupaciones latentes, mientras la seguridad laboral y la fidelidad a una empresa eran virtudes en alza. Confianza, esa virtud hoy tan vapuleada, se depositaba en las instituciones tradicionales, columnas de una sociedad en ciernes.

Generación Actual

Contrastando con esa imagen gris del pasado, emergen los trazos vívidos de una realidad con los colores llamativos de lo inmediato, de lo efímero. Los jóvenes tienen compromiso con vivir “el hoy”, para ellos el presente es más relevante que la promesa de un futuro. La tecnología, esa deidad omnipotente, rige los destinos de una generación que danza al ritmo frenético de las redes sociales, donde la instantaneidad y la brevedad son ley. Muy adaptados a la tecnología, la vida virtual es una extensión de la vida real. Experiencias, más que posesiones, son el tesoro más preciado en un mundo marcado por la fugacidad del instante. El espíritu emprendedor, la creatividad desbordante, buscan su cauce en un río de posibilidades, donde la vocación es faro y guía. Información y entretenimiento se entrelazan en un frenesí de bits e imágenes pixeladas, donde la diversidad, la inclusión, la sostenibilidad, se alzan como banderas enarboladas por una juventud ávida de cambio. La mujer no duda en desarrollar su vida profesional y no están dispuestas a renunciar a ella. Tienen una predisposición a mantener su estado de solteras/os o casadas/os sin hijos. Equilibrio, es una palabra olvidada en el vocabulario de antaño, hoy se vuelve consigna la búsqueda de una vida plena y significativa. El escepticismo, invaden los corazones de una generación que desconfía de las instituciones tradicionales, buscando nuevas sendas hacia el futuro. Aman viajar, conocer el mundo, y subir sus fotos a las redes sociales.

Identificación de las Razones de los Cambios Generacionales

El telar de la historia teje hilos invisibles, entretejiendo causas y consecuencias en una trama compleja. Filosofías cambiantes, creencias y valores morales reinterpretados, realidades cambiantes y demografías crecientes se entrelazan en un baile eterno, marcando el devenir de las generaciones. 

Las corrientes posmodernistas y el giro lingüístico de la filosofía reemplazaron a las corrientes tradicionales; los valores tradicionales a menudo asociados con la religión o con una moralidad absoluta son cuestionados o reinterpretados. Estos factores impactan en cómo las personas perciben el trabajo, el éxito, el consumo y la vida en general, lo que a su vez puede influir en sus decisiones económicas y financieras. La globalización y la conectividad digital han expuesto a las generaciones más jóvenes a nuevas ideas, creencias y modelos de vida, lo que puede cambiar sus prioridades y expectativas en comparación con las generaciones anteriores. La generación actual tiende a valorar más la diversidad y la inclusión en comparación con generaciones anteriores, lo que se refleja en apoyo a la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, y la lucha contra la discriminación racial y étnica. El aumento en los costos de la vivienda también ha contribuido desfavorablemente, haciendo más difícil para las personas jóvenes comprar una casa o pagar alquileres. Además, el endeudamiento de los jóvenes, debido al aumento en los costos de la educación y la disponibilidad de crédito fácil, limita su capacidad para invertir en su futuro.

También, el crecimiento exponencial de la población entre las generaciones que estamos analizando es otro factor importante que influye en una serie de aspectos sociales, económicos y ambientales. Los cambios en la composición demográfica, como el envejecimiento tardío de la población y la creciente diversidad étnica y cultural, han influido en las creencias y valores de la sociedad.

Según estimaciones exhibimos datos sobre el crecimiento de la población a nivel global entre las generaciones anteriores y la generación actual son:

  • En 1950, la población mundial era de alrededor de 2.5 mil millones de personas.
  • Para 1965, la población mundial había crecido a aproximadamente 3.3 mil millones de personas.
  • En 1980, la población mundial era de alrededor de 4.4 mil millones de personas.
  • Para 2000, la población mundial había crecido a aproximadamente 6.1 mil millones de personas.

Como vemos, en forma consecuente, el aumento significativo en la población ejerce presión sobre los recursos naturales, como agua, alimentos y energía, así como sobre los servicios básicos, como atención médica, educación y vivienda. Esto lleva a una mayor competencia y escasez de recursos, especialmente en áreas densamente pobladas.

Herencia o Legado de las Generaciones Tradicionales

Cabe pensar que nuestra forma de ser no fue aséptica en la conformación del mundo de hoy, por tanto, cabe preguntarse:

¿Qué hicimos bien, mal o no hicimos como generación para tener como resultado la situación actual?

Aquí hay algunas áreas en las que la generación tradicional contribuyó a bienes y los problemas actuales:

Como bienes destacables mencionamos, entre otros,  un aumento en la edad de expectativa de vida, como así también avances notables en las ciencias en general y en particular las ciencias médicas.  Mejoraron los derechos humanos y disminuyó los valores generales de pobreza. Pero, durante las décadas pasadas, se han visto políticas económicas y decisiones empresariales que han contribuido al aumento de la desigualdad económica. La falta de regulación adecuada y la priorización del crecimiento económico sobre la equidad han exacerbado la brecha entre ricos y pobres. La generación tradicional ha presenciado un rápido crecimiento industrial y tecnológico, pero también ha contribuido al deterioro ambiental. La falta de conciencia sobre el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente y la explotación de recursos naturales sin considerar las consecuencias a largo plazo han dejado un legado ambiental problemático para las nuevas generaciones. 

Así también, a pesar de los avances en áreas como los derechos civiles y la igualdad de género, persisten problemas sociales como la discriminación, la pobreza y la exclusión. La generación tradicional ha fallado en abordar estos problemas de manera efectiva y en crear un mundo más justo y equitativo. Muchos de estos factores ayudaron al crecimiento de la delincuencia, la ignorancia, el terrorismo y la droga que están en el panorama diario de los jóvenes de hoy.

Conclusiones

En esta danza perpetua de cambios y transformaciones, el mundo actual se erige como un testigo mudo de las tensiones entre el pasado y el presente, entre lo conocido y lo por conocer. 

Ante la encrucijada de los tiempos, emerge la necesidad imperante de tender puentes generacionales abrazando la diversidad, la inclusión, y apostando por un futuro donde la equidad y la prosperidad sean el legado que dejemos a las generaciones venideras.

Naturalmente sucede que, por un lado queremos ser jóvenes y por el otro la realidad nos indica la verdadera edad con la marca indeleble de la manera de vivir pasada. Esta situación genera adaptarse a las nuevas tendencias para parecer joven y por otro lado querer conservar y valorar nuestras formas de ser a modo de justificar nuestra forma de vida. Luego, cuando queremos justificarnos solemos con facilidad emitir opiniones críticas sin un mayor análisis a las nuevas generaciones y las causas de las razones que avalan sus nuevas formas de ser. El tema es como separar con claridad la paja del trigo. Es decir saber valorar positivamente y negativamente, en la forma más objetiva posible, los contenidos positivos y negativos de las distintas formas de ser entre generaciones.

La juventud de hoy se enfrenta a desafíos diferentes a los de sus predecesores, desafíos que reflejan el cambio de paradigma que estamos experimentando. Como vimos, el crecimiento exponencial de la población mundial ha traído consigo una serie de desafíos sin precedentes. Nos vemos obligados a repensar nuestra relación con los recursos naturales y a encontrar soluciones sostenibles para garantizar el bienestar de las generaciones futuras. A medida que la brecha entre ricos y pobres se amplía, se hace evidente esta necesidad.

Sin duda, en el desarrollo de este texto, he tratado de encontrar razones para no asombrarnos y comprender a mi amigo cuando expresa:

¡Es otro mundo José, olvídate de lo que era, el anterior no existe más…!!

Y es verdad, los cambios generacionales en estos tiempos hacen desaparecer rápidamente las costumbres y saber hacer de las generaciones anteriores. El mundo de hoy es distinto al de ayer, para bien y para mal.

Abrazar estos cambios con una visión amplia y proactiva se vuelve imperativo para forjar un futuro que sea digno de ser heredado por las generaciones venideras. 

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