Cuando las conquistas pasan a nuestro haber no las valoramos en nuestro diario caminar, buscamos nuevas experiencias. Somos de alguna forma insaciables y hábiles para encontrar conquistas en el haber del vecino y descubrir nuevas necesidades. Además, las tentaciones del mercado nos ayudan, nos empujan a ellas; el consumismo nos devora. Ello sucede a nivel individual y tiene consecuencias en lo social. Esta situación no es criticable. Tener una zanahoria para seguir y que nos ayude a progresar permite mejorar. El tema es el cómo, a qué costo y analizar que resignamos por la elección. Todo ello sumado a que el ciclo, en estos tiempos, está exactamente cronometrado, es egoísta, acelerado, y genera falta de análisis para separar la paja del trigo y pensar con tranquilidad. Y así transcurre la vida, presurosa, sin profundidad. Va pasando, a veces sin ton ni son, y el reloj sigue marcando la hora; corren los días, los meses y los años.
Pero, siempre hay un pero, aparece el Coronavirus, un personaje desconocido que altera nuestra vida radicalmente. Él hace replantear nuestro pasar y pone en juego el sentido de nuestra forma de vivir. Nos expone a sacar lo mejor y peor de nosotros como personas y sociedad, no hace pensar en otro tipo de vegetal; las antiguas zanahorias ya no sirven. Además, la pandemia pone a flote la justicia y las injusticias, las bondades e inequidades que nosotros hemos edificado con el tiempo.
¿Qué hacer?, ¿Quién tiene la respuesta correcta?; es difícil de saber. Solo puede ayudarnos revisar nuestro stock; nuestro arcón de experiencias y tratar de no perder sus mejores enseñanzas y las conquistas logradas. Pero, lo que estoy seguro es que no trata de cambiar todo, este cisne negro debe servir para revisar qué hay que tirar y que conservar, debe permitirnos reasignar el valor y utilidad de lo que tenemos para enfrentar la nueva situación. Debe servir para cambiar de lugar las cosas, interpelar el sentido de nuestra vida, priorizar algunos herramientas de nuestro haber, pasar algunas para adelante y otras para atrás, tratar de poner el corazón y la razón en forma equilibrada al nuevo desafío para encontrar una solución.
Y sí, Coronavirus mediante; ahora tenemos tiempo para ordenar nuestras conquistas y valores olvidados. A nivel personal:
- El calor de la familia, de padres, hijos y nietos.
- Las cosas simples y los gestos de cariño de nuestros semejantes.
- El valor de los amigos, el ida y vuelta, de vernos en el espejo con ellos.
- La lectura, darnos tiempo para aprender
- El arte, una forma de expresar nuestro sentir sobre nuestro mundo
- El trabajo manual
- La comida casera
- El ejercicio físico
- El mate y la alegría de un buen vino compartido
- Nuestro trabajo
- Viajar, tener la posibilidad de conocer otros mundos, otras culturas.
- Los recuerdos, nuestra historia, saber que somos, de dónde venimos, por quién vivimos.
- La solidaridad con los vecinos
Uds. me pueden decir: –No todos contamos con estos activos–, es cierto, –Hay otros– y es cierto también; “las cartas dadas no son para todos iguales”. Pero les aseguro que muchos de ellos por la vida que llevábamos estaban postergados.
Y si revisamos el arcón de conquistas de la sociedad, encontramos:
- La libertad de progresar en función del esfuerzo individual. En ese sentido, no podemos dejar de recordar el ejemplo de los inmigrantes de lucha y superación.
- La libertad de adquirir bienes y servicios que hagan la vida más confortable, de acuerdo a nuestro gusto y placer.
- La libertad de elegir los gobiernos según las preferencias personales y la política en un entorno democrático.
- Tener justicia para superar un conflicto o una diferencia;
- Tener seguridad, naturalmente necesaria para los más débiles; ancianos, niños, mujeres, y personas humildes.
- Tener acceso a la educación para todos y a todo nivel, que permita, junto al esfuerzo, el ascenso social.
- La libertad femenina para hacer su deseo en la vida. La inserción activa e igualitaria de la mujer en el mundo del trabajo.
- Tener la posibilidad de elegir el trabajo; el ambiente donde desarrollar nuestra actividad de producción
- La libertad de expresión en los medios y redes sociales
- Los avances de la tecnología
- Tener servicios de salud
- Otros
Claro, de nuevo observamos que algunos son stock y otros están en el cajón de los deseos. Y cabe decir también: “hay muchas desigualdades, no es pareja la distribución de los beneficios”.
Para concluir, se viene un mundo nuevo, distinto. Pero, tenemos el tiempo necesario por la cuarentena para re significar nuestra vida individual y social. Poner la casa en orden. Seguramente en el arcón hay cosas para descartar, objetivos no cumplidos, otros por cumplir, pero hay cosas que conservar y que no debemos perder. Renovemos nuestros votos por los valores conquistados de nuestra cultura que tanto costo conseguir. No los debemos perder ante excusas de la nueva situación por hábiles y renovados cantos de sirenas.
Muy sabías palabras profe. Gracias por las enseñanzas académicas y compartir la sabiduría.
Me gustaLe gusta a 1 persona