Muchas veces escuche que en la vida se deben hacer tres cosas: “Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro”. Una especie de mandato para sentirnos plenos. No todos tenemos que hacerlo, pero constituye una manera de dejar huella en nuestro paso por la vida, entre otras formas.
Aparentemente el origen de la frase viene desde tiempos remotos pero, Jose Luis Martí —poeta, escritor y político cubano del siglo pasado— la escribe y difunde en estos términos.
Pero, ¿qué significado tiene la frase mas allá de fijar metas concretas para hacer?, ¿qué nos dicen estas sentencias invisible a los ojos, inspirados por la expresión del Principito escrita por Saint Exupéry?
¿Podremos develar lo invisible de la frase martiniana?
Lo intentaremos a continuación, sin pretender que nuestras palabras sean una verdad revelada. Son una interpretación, un relato, una explicación del por qué y el para qué; sin negar la vocación de buscar la verdad y encontrar el sentido oculto en ellas.
—Sobre tener un hijo
Entiendo que el objetivo propuesto de esta primera frase es conservar la especie. Somos parte de la naturaleza, un animal más, un tipo de mamífero y en nuestra esencia está preservar la continuidad de la vida humana como sucede en cualquier otra especie animal. En nuestra constitución física y psíquica, consciente e inconsciente, están siempre presentes los deseos del amor y el sexo tras ese fin. Luego, cumplido el mandato, en los hijos pondremos parte del afán de nuestra vida y ellos nos provocarán desvelos, alegrías, tristezas y la mencionada continuidad.
No podemos eludir el hecho de que no todos podemos cumplir este mandato; algunas personas, por una u otra razón no pueden o quieren tener hijos, pero existen otras alternativas para cumplir el objetivo .
—Sobre plantar un árbol
Detrás del hecho de plantar un árbol entiendo que esta vivir en armonía con la naturaleza y el cuidado del ambiente. Cabe agregar y destacar los serios problemas que tenemos en esto tiempos. La capacidad de recuperación natural de los deshechos humanos que depositamos en la tierra quedó superada el siglo pasado por primera vez. Una situación inédita en la historia de la humanidad. Hoy hay problemas de perdida de biodiversidad, un deterioro del medioambiente producido por el cambio climático provocado por la incontrolable emisión de gases como el dióxido de carbono. Hay escasez de recursos naturales para una aumento creciente de población y otros hechos que avizoran serios problemas para la supervivencia del hombre en la tierra. Debemos cuidar nuestro hogar, hacer propias las ideas que propician la conservación ambiental.
Luego entiendo que plantar un árbol es un deber insoslayable, una contribución mínima, un acto simbólico del cuidado de nuestro entorno.
—Sobre escribir un libro
Una de las razones que encuentro para llevar a cabo la consigna de escribir un libro es dejar un vestigio, una contribución sobre nuestra visión del mundo. Cada uno de nosotros es diferente y único; con una vida e historia propia, en un tiempo y espacio determinado que es parte y será parte del universo que concebimos. Sea el aporte mayor o menor, no importa.
Formamos, construimos y constituimos como sociedad una cultura, una forma de vivir ante otras culturas (por ejemplo mencionamos la nuestra: la cultura occidental europea, o la oriental con distintas tradiciones de vida y todas ellas cambiantes según la época). Escribir un libro es construir una pintura que refleja nuestro ser y hacer a manera de espejo ante una circunstancia dada y es trascendental hacerlo. Dejar constancia escrita de nuestro pasar es un legado intelectual que tiene por objeto entender y justificar nuestras razones. También escribimos para explicar y aumentar nuestro conocimiento, para entretener, o relatar un mundo inexistente como parte de una actividad artística. Todo ello es interesante y positivo detrás de la meta de dejar huella.
Quede claro que el hecho de escribir un libro no es la única forma de ocuparnos del tema pero, es una buena metáfora que el poeta cubano utiliza y nos obliga a pensar en las cosas importantes de la vida.
Quiero agregar un valor de la frase de Martí que no se puede dejar de mencionar y sirve de reflexión: Si observamos con detenimiento, los tres objetivos a cumplir son de mediano y/o largo plazo.
Para finalizar este artículo les relato una chanza que supe escuchar:
Tener un hijo es relativamente común, el problema radica en alimentarlo, criarlo y educarlo.
Plantar un árbol es una tarea fácil de cumplir. El problema difícil es que crezca y perdure en el tiempo. Regarlo, protegerlo y cuidarlo es un trabajo continuo a desarrollar para que tenga frutos.
Escribir un libro tiene sus dificultades . Pero no es un problema insuperable, el problema es lograr que la gente lo lea.
Cómo pueden observar “Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro” es un consejo ancestral que viene al caso en un mundo con necesidades permanentes de búsquedas de sentido. Un mundo en que lo único que importa es él ahora con su inevitable cuota de insatisfacción, sin miras de esperanza y perspectiva.
