Leyendo el primer capítulo «La voz de Casandra» del libro «La ciudad de las palabras » de Alberto Manguel, se me ocurrió reemplazar algunas palabras del texto por otras análogas o similares que usamos en nuestra profesión. Según mi parecer, obtuve riquísimos resultados. En este post, quiero transmitir a ustedes algunas de esas observaciones y derivaciones que vislumbro.
En el capítulo aludido comenta Mangel :
«En el anglosajón antiguo (cómo nos enseño Borges) se designaba al poeta con el nombre de «hacedor», palabra que combinaba el acto de entretejer palabras con el del construir el mundo material»
El reemplazo que les propongo es: «poeta» por «agrimensor» y «entretejer palabras» por «entretejer gráficos». Por favor, les sugiero, que imaginen y piensen el reemplazo.
En un párrafo posterior Manguel agrega:
«… nuestras palabras, nos otorgan un lugar tanto en el tiempo como en el espacio.»
En este caso, el reemplazo que sugiero es «palabras» por «mapas». Considero que es válido hacerlo; ambos términos representan herramientas de comunicación.
De lo que está hablando Manguel es que las palabras construyen realidades, no son meras palabras.
Es así, que surge naturalmente la idea de que podríamos trasladar a nuestro ámbito algunas de estas observaciones.
Y podríamos pensar así:
- La cartografía construye la realidad de nuestra Geografía.
- El Catastro construye la realidad territorial.
- El agrimensor es el hacedor del territorio.
En el prólogo Mangel expresa que una de las preguntas que se hace y que tratará de responder en los sucesivos capítulos es:
«…. ¿Cómo determina, limita y amplía el lenguaje la forma que imaginamos el mundo? »
Con los reemplazos sugeridos, en este caso, la frase quedaría :
¿Cómo determina, limita y amplía el mapa la forma que imaginamos el mundo?
Para terminar, y a manera de iniciar el diálogo, agrego un párrafo de Borges:
« «Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imágen de su cara.» » . Fragmento del epílogo del: «El hacedor», de Jorge Luis Borges
.
Muy buena reflexión. Una lectura profunda y con una mirada desde el corazón de la vocación-profesión. Un abrazo. Hernán
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Hernán, un gusto tenerlo por aquí.
Le comento que en estos días, enseñando transformación de coordenadas, recomendé su programa tan valioso para la enseñanza como para la vida profesional.
Muchas gracias por sus palabras. Un abrazo, José
Me gustaMe gusta
Los agrimensores no estudiaron la poesía como asignatura en su carrera. La ejercen cuando trazan líneas, tejen redes, diseñan espacios, ponen vías y supermercados donde no los hay. Gracias, José, por hacer volar la imaginación por superficies más altas que las líneas y los ángulos en un plano.
Leopoldo de Quevedo y Monroy
Me gustaLe gusta a 1 persona