Hace un tiempo escribí sobre uno de los significados de la palabra «interpelar» (por mas detalle ver post interpelar). Diego Erba plantea esa interpelación en su entrevista. Podemos estar de acuerdo o no, pero, tengo la seguridad que sus palabras provocarán polémica, la necesaria para interpelar nuestro hacer mirando al futuro.
En principio, nuestra profesión ha sido proclive a la adopción de los cambios tecnológicos, sobre todo en el instrumental de trabajo y estos cambios producen una reingeniería de nuestro hacer y concomitantemente la actividad de interpelar. Pero también hay cambios que la sociedad , en su natural evolución, genera y plantea nuevos requerimientos a nuestra profesión que merecen ser considerados.
Gracias Diego por provocar nuestro pensamiento. Espero de los lectores del blog, junto a vos, generen las preguntas, opiniones y la reacción lógica de otras racionalidades.
Me queda la certeza que discutir donde poner la escalera, es tan importante como realizar el esfuerzo para subirla. Esta entrevista habla de ello.
Entrevista a Diego Erba

- ¿Puedes contarme en dónde te has recibido, cuantos años de profesión tienes y a qué te has dedicado? Si quieres, puedes agregar algún otro dato personal para que nuestros lectores te puedan conocer un poco más.
Respuesta DE: Soy Agrimensor por la Universidad Nacional de Rosario, argentina, recibido en 1987. Revalidé mi título en Brasil, donde la Universidade Federal de Piauí me dio el título de Engenheiro Agrimensor. Ya van casi 30 años de profesión, he desarrollado las más variadas actividades, la mayoría ligadas al área académica, aunque he incursionado en el área pública, y recientemente en el área privada a través de consultorías en diferentes países.
2. ¿Cómo ves a futuro nuestra profesión? ¿Cómo imaginas un agrimensor en el año 2030?
Respuesta DE: Es muy importante dejar claro que voy a aprovechar este espacio para lanzar temas que me preocupan, que me dan vuelta en la mente, puntos que necesito compartir y contrastar con los colegas. Mucho sonará polémico pero es así como me suena a mi, bajo ningún punto de vista quiero quedar como un tira bombas, pero tampoco tiro flores, yo quiero “salir” de este blog con una visión más clara. Este espacio que has abierto es ideal para eso y “pongo (casi) toda la carne en el asador” para que nos ayudemos a construir un modelo profesional que por lo menos atienda a gran parte de las expectativas
Veo el futuro profesional con perspectivas amplias y profundas, aunque las imágenes no son nítidas todavía. No sé si la falta de nitidez refleja incertidumbre o preocupación, lo cierto es que es necesario ajustar el foco para ver mejor ese futuro. Vamos a hacer un ejercicio para mejorar la visión, voy soltando algunas ideas y te agradezco Profe José por la oportunidad de sistematizarlas.
Antes de iniciar, quisiera decir que los responsables de la visión del futuro de la profesión son, básicamente, las asociaciones de profesionales y la academia.
Gran parte de los colegas correlacionan la evolución de la profesión con la evolución de la tecnología, y apoyan su visión en ella. Mencionan la revolución del GPS, la popularización de las imágenes de alta resolución, el impacto de los SIG, los drones, las IDE, entre otras. Sinceramente no veo el futuro de esa forma, la “tecnocratización” no es el futuro, es el presente, pues toda esa parafernalia ya está disponible, aunque pocos la usan en plenitud. La “tecnocratización” extrema nos puede transformar en excelentes técnicos más que en buenos agrimensores. No creo y no deseo que el futuro de la profesión dependa de la tecnología, confío en que la agrimensura se torne más ingeniería aún, que efectivamente genere conocimientos y técnicas científicas, empíricas y prácticas, invente, diseñe, desarrolle procesos para la resolución de problemas prácticos de la sociedad.
En el futuro, veo profesionales con otra idiosincrasia, yendo más allá de la medición, con formación y prácticas más amplias, haciendo una diferencia mayor en la sociedad.
Agrimensor 2030. Para construir su imagen recordemos que Argentina tiene el primer catastro con fines jurídicos de América Latina en 1826. El Prof. Bianco de la Universidad Nacional de Rosario (q.e.p.d), aseguraba que es uno de los primeros del mundo con fines jurídicos, y eso es digno de destacar para la región, pero siento que los colegas argentinos se quedaron ahí, son melancólicos, siguen mencionando a Juan Fernández, Vélez Sarsfield y tantos otros “próceres” recurrentemente en cada presentación que se hace sobre la Agrimensura. La academia en general también está con ese discurso todavía. Ellos construyeron una etapa importante, pero no podemos seguir haciendo apología de lo mismo, es demasiado conservador, si estos continuaran siendo los héroes en 2030, algo habremos perdido (más de lo que nos hemos perdido desde 1826 hasta hoy).
Si en 2030 somos menos melancólicos, más objetivos, menos tecnócratas, más pragmáticos, menos individuales y más sociales, ya estará de buen tamaño la transformación. En la vieja dicotomía que había en el análisis político izquierda-derecha, diría que la profesión está en una postura de derecha en América Latina en general, pues los profesionales trabajan principalmente para el capital privado. No está mal, solo falta poner un pie en lo social. Tenemos 15 años para avanzar en este sentido.
3. ¿Qué materias o temas consideras importante para agregar a nuestro currículo profesional que las Escuelas de Agrimensura deban agregar?
Respuesta DE: Por los que se puede leer en la última frase del punto anterior, se percibe que tengo una visión heterodoxa de la agrimensura que está cargada de conceptos con fuerte contenido político. Y sí… ¡No soy un tecnócrata!, tengo una postura clara: quiero mejores ciudades y trabajo para que la profesión se alinee en esa dirección y no al revés. Creo que la función social de la profesión debería ser bastante diferente a la corriente. No tengo dudas de que el agrimensor puede ir más allá de la mensura, la cartografía, los levantamientos, más allá de trabajar para el catastro ortodoxo (económico, físico y jurídico) que caracteriza a la mayoría de las casi 16.000 jurisdicciones locales de la región.
No sé si se trata de incorporar nuevas materias, por ahora sí puedo afirmar que los contenidos de las actuales podrían cambiar. Por ejemplo, el tema de las valuaciones inmobiliarias (o catastrales o tasaciones o como se llame) está en todos los currículos, y aún en las escuelas en que se enseñan modelos econométricos y geoestadística, es necesario entender porque estas técnicas son imprescindibles. Si no conocemos los más modernos instrumentos de planeamiento y financiamiento, no vamos a entender porque es fundamental referenciar seriamente los valores catastrales de los inmuebles al mercado inmobiliario, si no vemos a la generación de un mapa de valores como una creación tecnocrática, solo veremos una parte pequeña, aunque importante, y nos faltaría la otra, la que tiene contenido social. Ese mapa de valores es esencial para desarrollar política tributaria equitativa, orientada a distribuir la renta del suelo. Analizando un poco más esta materia, solo para tomar una, el módulo de valuaciones en masa, en una lectura rápida, puede ser bastante desestimulante para los alumnos cuando perciben que si llegaran a ser jefes de avalúos, no podrían llevar los valores al mercado porque impactarían fuertemente a muchos intereses (en este caso una inacción de la agrimensura que favorece a pocos). En Argentina en particular, una valuación en masa que lleve los valores próximos a los del mercado, impactaría enormemente las bases del Impuesto a los Bienes Personales pues prácticamente todos caerían en las fajas de contribución. Es evidente que hay una conexión perversa y planificada entre el Impuesto Inmobiliario y el Impuesto a los Bienes Personales para imposibilitar la suba de valor y ocultar patrimonio, puesto que es en los inmuebles donde más se esconde el capital.
Paralela y paradójicamente, podría ser estimulante para los estudiantes aprender a hacer mapas de valor del suelo para clientes privados, como las inmobiliarias, las cuales sí necesitan conocer el mercado al día y con transparencia (aun cuando ellos mismos lo tornan opaco).
Ahora bien, cambiar contenidos es técnicamente fácil, se toma la decisión político-académica y se hace; el desafío será cómo cambiar al profesor, particularmente en lo que se refiere a métodos y técnicas pedagógicos.
Para no quedarnos en el análisis de la materia Valuaciones, veamos otras.
La cartografía tradicional irá dejando espacio (literalmente) para las representaciones 3D. Se mide en digital, en 3D, y se dibuja en digital, pero en 2D. Además, los productos se registran en papel en 2D. Es evidente que hay un largo camino de ajuste. En Argentina en particular el nuevo Código Civil y Comercial trae nuevos elementos en el área de inmuebles que obligan a pensar en 3D a todos los profesionales.
Mientras ese futuro nos llega, veamos que ya hay numerosas bases cartográficas disponibles, generadas con diferentes precisiones en formato digital (no hablemos más de escala por favor, ¡ese es un término analógico!), que son cada vez más usadas por la sociedad para generar su propia cartografía temática. Es una maravilla ese proceso, pero es preocupante para la profesión. Los ciudadanos frecuentemente son más rápidos que los organismos públicos para levantar datos y usarlos en aplicativos de cartografía cada vez más simples y disponibles en la nube. Solo esta semana encontré un par de artículos en diferentes medios que sirven para ilustrar: un mapa dibujado y publicado por un periodista que mostraba el precio de la carne en diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires, y otro proyecto colaborativo (el servicio se basa en software libre, tiene PHP y mySQL como base de datos y OpenStreetMap de base cartográfica) que permite conocer las zonas de mayor y menor eficiencia de consumo por aire acondicionado (http://tengoaire.smapache.com.ar/). Estos se suman a los mapas del delito, de buracos en la calle, y tantas otras iniciativas de mapas temáticos construidos por la sociedad. El proceso va más allá de la sociedad humana, puesto que otros grupos ya contribuyen para cartografiar: en la ciudad de Lima, por ejemplo, algunos caranchos fueron equipados con receptores GPS para detectar basurales clandestinos (http://g1.globo.com/mundo/noticia/2015/12/cidade-equipa-urubus-com-cameras-para-identificar-lixoes-clandestinos.html). Estos “drones vivos no condicionados sino por el instinto” también compiten con los cartógrafos, de hecho, consiguen datos con más objetividad y sin costo… y no estoy siendo irónico, es lo que está ahí…
No es un panorama oscuro, solo veo que espacios que tradicionalmente eran exclusivos de los agrimensores; así como espacios que le pertenecían y nunca ocuparon, que van siendo tomados por otros con agilidad y eficiencia.
La georreferenciación también es más popular ahora, fue superada la etapa en que la sociedad confundía un receptor GPS de navegación con uno de precisión. La red de estaciones permanentes permite hacer correcciones a los levantamientos los cuales no necesariamente pasan por los órganos de control.
Los aerolevantamientos se realizan cada vez con más frecuencia con cámaras de pequeño formato transportadas por drones. La mística de la fotogrametría se diluye, el uso de imágenes satelitales de alta resolución se desvanece ante esas imágenes obtenidas con cámaras multiespectrales.
La mensura, actividad principal de los agrimensores argentinos y uruguayos, con similitudes en República Dominicana y Costa Rica, no existe en 15 de los 19 países de América Latina, y el mercado inmobiliario se desarrolla con “normalidad”. Me pregunto: ¿Hasta cuándo la sociedad va a aceptar que es imprescindible?
¿Qué nos queda? Lo referente a monitoreo del mercado inmobiliario. Pues la cada vez más frecuente instrumentación de observatorios de valores también permite a la sociedad avanzar con sus propios estudios. La noción de trabajar de forma cooperativa está en el imaginario de muchos grupos, está más avanzado que en las instituciones públicas, muchas de las cuales continúan pensando que son los dueños del conocimiento y se encapsulan en el frasco de la inocencia. Empresas inmobiliarias cuentan con más datos que los órganos públicos, se articulan para levantarlos y sistematizarlos pues ganan dinero con eso.
¿Qué más nos queda? Pues nuevamente la lucha gremial para defender espacios conquistados, que convencen a muchos profesionales, pero que la sociedad no “necesariamente necesita”.
¿Nos queda solo eso? No, claro que no, nos queda mucho más. Dejo a los colegas que hagan sus propios descubrimientos y evaluaciones, queda este espacio del blog para discutir.
El desafío mayor no es preservar lo conquistado, sino ocupar los “espacios agrimensurales” disponibles que no se ven por falta de conocimiento o por no salir a mirar.
No me parece que esté todo mal, hay muchas cosas que están muy bien en la profesión, pero hay otras que no y es importante concentrarse en estas últimas para evitar sustos aún antes de 2030.
4. ¿Podrías mencionar algunas ventajas y desventajas que tiene nuestra profesión?
Respuesta DE: Entre las principales ventajas de la profesión menciono su fuerza gremial, es digna de destacar. La lucha sólida y en bloque que los dirigentes libran cada día por defender las incumbencias, es impresionante. Ahora, si bien estas acciones crearon una coraza de protección, que hasta el momento evita que otras profesiones entren en el campo de la agrimensura, también limita la visión y la acción de los dirigentes y de muchos profesionales consecuentemente. Se está tan a la defensiva, hay una tradición tan larga de fortalecer la coraza, que se hace difícil entrar con nuevas oportunidades profesionales. Esperamos que la coraza de hierro se convierta en una cúpula de cristal que deje entrar otras luces.
Siento que esta ventaja de concentración de esfuerzos en la defensa de lo tradicional como actividad del agrimensor, comienza a convertirse en desventaja de este movimiento. ¿No será que hay una vieja estrategia de ajedrez por parte de las otras profesiones, que te atacan por un flanco para que concentren toda tu energía en defenderlo, mientras ellos ocupan los espacios dejados vacíos por la agrimensura?
Puedo decir que veo una profesión muy conservadora, aferrada a una actividad individual, se habla y se escribe sobre su función social, pero en la práctica es individual. El profesional presta un servicio a un cliente que normalmente es un propietario privado de tierras. ¿Qué acciones son realmente orientadas a lo social? ¿la regularización de asentamientos y villas? Definitivamente no, al contrario, esos procedimientos ortodoxos acaban privatizando tierra pública y son, por lo tanto, conservadoras.
Otro punto de reflexión que puede llegar a ser una desventaja para la profesión es la sensación de corporativismo. Quien mira desde afuera puede percibir que los colegios de profesionales actúan como asociaciones de profesionales pues en vez de defender los intereses de la sociedad ante la mala praxis, defienden a los colegas.
Veo a las universidades muy alineadas con este “movimiento de la mensura”, no siento que incentiven con la fuerza necesaria otras áreas. Sí lo hacen en los trabajos de conclusión de curso donde se ve una amplia gama temática. Tuve oportunidad de presenciar presentaciones de trabajos de calidad en diferentes universidades de la región, pero luego de aprobarlos, los jóvenes se alejan de esos tema, de la academia, de la investigación y adhieren fuertemente al citado movimiento, se van a hacer mensuras.
Es justamente esta visión mercantilista, del lucro rápido, el motivo por el cual no hay suficientes cursos de posgrado para la profesión, lo cual impacta la capacidad investigativa y consecuentemente reflexiva de los profesionales.
5. ¿Cuéntanos alguna experiencia o anécdota que hayas vivido en tu vida profesional?
Respuesta DE: Son tantas experiencias y anécdotas… Vamos a las que surgen de forma más inmediata en mi memoria, voy siguiendo la cronología de la vida.
Fui a estudiar agrimensura porque a mi madre le gustaban los mapas, me decía “nene, tenés que estudiar algo con mapas”. No fue el único motivo, el otro era la falta de profesionales en la ciudad donde nací, es decir, estudié agrimensura por la pasión de otro y por el mercado. No me arrepiento, estoy feliz con lo que aprendí.
Justamente, la primera anécdota es académica. Después de sobrevivir los dos años básicos junto a los más diversos estudiantes de ingeniería, entramos en el tercer año con mucha expectativa. Lunes, primera clase del ciclo profesional, profesor: Carlos Bianco; materia: Catastro. Entra y pregunta: “Alguien de Uds. puede explicarnos qué es el catastro? Lo pregunto porque es la esencia del agrimensor”, sentenció. Silencio total, solo pasaban por mi cabeza los 2 años de Resnick y Halliday, química, probabilidad y estadística… en vez de responder, me pregunté : ¿Pero qué hago acá, no sé y ni entiendo lo básico? Felizmente después entendí qué hacía allí…
La segunda anécdota se relaciona con mi primer empleo: el Plan LOTE (Logro de un Ordenamiento Territorial Estable) en el gobierno de la provincia de Santa Fe. La anécdota no está íntimamente ligada a la profesión, pero sí a las oportunidades únicas de vida que ésta brinda. Haber tomado mate junto a los moradores y colegas, en las villas más peligrosas de la ciudad donde no podía entrar la policía (probablemente hasta hoy no puede entrar) fue una sensación especial. Ahí vimos la importancia que tiene trabajar junto a otros profesionales que van abriendo camino, en este caso; las asistentes sociales abriendo espacio para los técnicos.
Una más, ciertamente la más marcante para mí, empezó en un país y terminó en otro. En 1996 comencé a desarrollar la investigación que derivaría en la tesis de doctorado. Ya vivía en Brasil y decidí mudarme a una pequeña ciudad del interior del estado de Rio Grande do Sul llamada Cruz Alta, en la cual la Cooperativa de Productores Agropecuarios – COTRICRUZ contaba con un mapeo de las 5000 propiedades expandidas a lo largo de 500.000 ha. a las cuales 22 agrónomos y 5 veterinarios daban asistencia técnica. La idea era implementar un SIG que permitiera monitorear la cosecha y la fidelidad de los productores en la entrega del cereal. Eran épocas del Access 1.0 y de IDRISI 1.0. No había cursos, solo manuales (piratas en el segundo caso) y con eso uno tenía que arreglárselas. Fueron meses de auto estudio, página por página, conociendo particularmente los trabajos del creador de este SIG raster maravilloso: Ron Eastman. Lo seguí intelectualmente durante los años sucesivos, inclusive después de terminar el doctorado en 1998 y por esas cosas de la vida, después de conocer a gente del Lincoln Institute of Land Policy donde acabé trabajando 10 años, me surgió la oportunidad de ir a vivir a los Estados Unidos, percibir que el Clark Laboratory estaba a 40 min en tren de Boston, que en el laboratorio trabajaba un amigo brasileño que me presentó a Ron y que durante algunos meses, todas las semanas, tomábamos café en su oficina (que él mismo preparaba en tacitas decoradas con motivos de Buenos Aires que había comprado en uno de sus tantos viajes…
6. ¿A esta altura de tu profesión, es decir la de un profesional reconocido, podrías dar algún consejo o advertencia a los profesionales que se inician?
Respuesta DE: Bueno, sería muy atrevido de mi parte dar consejos, pero ya que me das la oportunidad, me aventuro a comentar. A los profesionales y estudiantes jóvenes les sugeriría que sean irreverentes, que acepten críticas, que tengan coraje de innovar, de incursionar, de cuestionar, de remar contra la corriente si fuera necesario, de ir siempre más allá. Mientras tengan argumentos sólidos: ¡a la lucha filosófica!
La sabiduría está en identificar o crear espacios en los cuales uno puede aprender, explicar y hacer la diferencia en serio. Puede ser en el ámbito público, académico, en Argentina o fuera del país, la agrimensura (o como se llame la profesión en las diferentes jurisdicciones) necesita mucho de gente creativa, convencida, preparada.
Si les toca un cargo de decisión, pues no quieran eternizarse. Por más cualidades que tengan, por más preparación que desarrollen, hay que dar un paso al costado en algún momento, pues llega un punto en que el dirigente comienza a detener la evolución de la profesión, no por mala fe, sino por la imposibilidad de construir nuevos discursos y acciones.
Espero que algunos sean menos inmediatistas y menos materialistas, que no busquen solo el lucro a través de la mensura, que apuesten a la formación a través de posgrados. Hay una famosa curva que muestra la alta correlación entre el nivel profesional y sus ingresos. Si todos hacen mensuras, habrá exceso de oferta y probablemente baja de honorarios. El punto es ser excelentes en algo diferente, pues en lo corriente buenos y muy buenos hay muchos. Ahora, cuando más nos especializamos en un tema, menos posibilidades de conseguir trabajo… encontrar el punto de equilibrio en todo esto también es criterio profesional.
Releyendo estos párrafos concluyo que podría extrapolar los conceptos a los administradores de la mayoría de los países latinoamericanos…
7. ¿Quieres agregar algo más?
Respuesta DE: Sugerir que los jóvenes salgan del país, que muestren las virtudes de la agrimensura argentina y las contrasten con las bondades de profesiones similares en otras regiones. Que vayan con mente abierta pues si bien estamos a la vanguardia en algunas actividades, estamos muy atrasados conceptual y tecnológicamente en otros.

Reseña de la curricula de Diego Erba
Ing. Agrimensor por la UNR, Argentina. Master en Teledetección por la UFSM y en Catastro Multifinalitario por la UFSC, ambas de Brasil. Doctor en Agrimensura por la Universidad Nacional de Catamarca. Es Post-Doctor en SIG y catastro por las universidades de Shiga (Japón), Clark (EEUU) y Andina Simón Bolívar (Ecuador). Fue Profesor Titular de la UNISINOS de Brasil en el Doctorado en Geología entre 1996 y 2003. Entre 2004 y 2014 fue fellow del Programa para América Latina del Lincoln Institute of Land Policy (www.lincolninst.edu) donde administró el área de Educación a Distancia y realizó investigaciones y publicaciones en temas catastrales. Fue consultor para Millenium Challenge Corporation en el Programa Property Rights and Land Management para Cabo Verde y actualmente del Banco Interamericano de Desarrollo en temas catastrales en diferentes países. Recientemente desarrolló, junto al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda de Ecuador, una propuesta para el Sistema Nacional de Catastro. Es miembro del Grupo de Catastro 3D de la FIG (3DCadastre).
Estimado Diego, voy por partes.
– Los pulgares para arriba son un indicador de lectura del post y de aprobación. Por cierto sin mayores especificaciones.
– Como comentario general te digo que es estadísticamente bajo el número de respuestas en internet. Es una caracteristca de este medio de difusión.
– Comparto contigo la preocupación por el futuro y por la poca participación de nuestros colegas en su construcción. Entiendo que los colegios profesionales sufren este mismo problema.
– Por último, como dije en la introducción a la entrevista, es necesario dialogar sobre donde poner la escalera. La idea que me anima a realizar las entrevistas es ir formando opinón sobre quienes somos, que pensamos, que hacemos y a donde vamos. Además de ir orientado a los jóvenes estudiantes y profesionales a recorrer los distintos caminos que tiene nuestra profesión.Este último, es para mí el más positivo de los objetivos.
Un saludo cordial y queda ser paciente. Los fríos números indican que mucha gente leyó el articulo.
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Estimado colega, veo que hay varios pulgares para arriba, solo me queda la duda a qué se refieren. He colocado muchos puntos, polémicos por cierto, no puedo creer que concuerden con todos… Fuera de bromas, me ayudarían mucho si reaccionan a través de palabras, tengo muchas dudas sobre la profesión y su futuro y su posición me interesa mucho.
Aguardo sus comentarios, saludos cordiales.
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Profesor Buenos Dias
Desde Colombia queremos hacerle una inviación a un Congreso que se realizara en Mayo en la ciudad de Cartagena, me podria regalara por favor su correo electronico? Mil gracias
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Buenos días Natalia, mi email es diegoerba@gmail.com, estoy a disposición. Saludos!
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